Acaríciame los labios, lameré tus dedos hasta perderme, conviérteme en lo que soy, en lo que fui y quemaras mis miedos, conviérteme en viajera del tiempo y no tendré certezas.
La locura es como jugo de naranjas fresco en cualquier mañana calurosa, golpea tu paladar, refresca tus ánimos para después convertirse en ira cuando la ultima gota se desvanece sobre tus papilas...eso es la locura, una bendición para los que tienen sed y castigo para especuladores.
Giro en mi centro. Me traslado, no dejo de recorrer espacios. Se mezclan imágenes, unas con otras se entrelazan, se bifurcan esperando un Alto. Ahí estas, cálido, sublime, correcto. Brota el ansia, el deseo caído. La emoción embarga un esperar perpetuo. No llega. Queriendo encontrar lo que no soy. Lo que no puedo ser. El ansia nuevamente lo lleva a recorrer mi cintura vacía. Sus dedos se introducen, me rozan, me conocen? No llegan a tocarme. I do not feel ... y la sed, no pude disipar. Me veo en su mirada, lejana, ausente, no estoy allí, intuye alcanzarme. En vano me acerco, observo a distancia. Fuga. Insensiblemente brutal soy, despiadada, vil, intransigente. Pérdida, desconsuelo. No logro que me alcances.
Llegue y no estabas. Apareciste con toda tu gran inmensidad. Tu sonrisa antes que vos. Me abordaste con tu abrazo, me envolvió, me rodeo, sentí, me confundí y quise volver a repetir. Recuerdo un camino de luces en la noche, tu mano anido en mi pierna, te tome con la mía, me aferre a ella y allí se quedaron. Nada recuerdo de que hablamos. Solo girabas, girabas dibujando círculos sin llegar a ningún lado. Nada había. La excusa perfecta para detenerte y observar quien sabe que animal salvaje. Por un instante, no sé en qué momento, toda yo era cubierta por vos. Inesperadamente, desbocadamente, avasallaste hacia mí. Aún no logro discernir el segundo preciso de tu emboscada. Tan cerca, tan dentro, sentí fundirme inquebrantablemente. Nada nos detuvo. La excusa eras vos, era yo, era nosotros. Ahí es donde todo comenzó. (a Al)
La locura es como jugo de naranjas fresco en cualquier mañana calurosa, golpea tu paladar, refresca tus ánimos para después convertirse en ira cuando la ultima gota se desvanece sobre tus papilas...eso es la locura, una bendición para los que tienen sed y castigo para especuladores.
ResponderEliminarMe apropio amigo Anton de tu explicito sentir.
ResponderEliminarMe encuentro desprovisto de palabras…