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Mostrando entradas de noviembre, 2009
Aquellas fueron tus horas de soles colgando sabanas blancas, entre ellas jugaba, creando puentes húmedos hasta vos. Tus manos frías de lavar acarician mis recuerdos, hoy. (a ella)

junto a mi...

siempre, siempre conmigo, en silencio. en un costado de mi olvido apareces ojos triste que vigila mi torpeza andante, te veo sin palabras , escoltas este caminar errático que voy trazando, conoces las profundas aguas, la oscura agonía que me invade, escuchas el grito silencioso, y callas. tengo todo, tengo nada. (a nandino)

perfumes

Jazmínes, nervaduras fluctuantes, blanca nitidez, Espero a que llegues entre rojas y amarillas superficies.

IV

Quien puede hacerte dar pasos hercúleos hacia furtivos destinos? La inmensidad urgiste convirtiendo en océanos mi desértico centro. Conocí a esa mujer que guarda consigo un cofre de horas extendidas, tesoros bañados en arcilla, caricias perdurables al olvido… y la sed…deseosa de ser bebida. Esperar … Perpetuo desconsuelo. Sonámbula en la oscura noche de mis miedos, construiste puentes en mis sueños. Quisiera embriagarme en tu olor con solo un salto hasta tu cuello. (a Antonio )

Más allá del olvido

alguna vez de un costado de la luna verás caer los besos que brillan en mí las sombras sonreirán altivas luciendo el secreto que gime vagando vendrán las hojas impávidas que algún día fueron lo que mis ojos vendrán las mustias fragancias que innatas descendieron del alado son vendrán las rojas alegrías que burbujean intensas en el sol que redondea las armonías equidistantes en el humo danzante de la pipa de mi amor (Alejandra Pizarnik)
Dibujaras por siempre historias, con personajes inmunes a cualquier olvido. Inventaras instantes innegables, reinando en sonrisas de soles. Colores en pupilas esbozaste con eternos gestos bufos de espacios lejanos. Llegando a mi de improviso al cosmos negro-blanco de mi tiempo. (a Berni Torre)
¡Vacía mis entrañas! devora sin piedad hasta disipar mis huesos laxos, concedo mi sangre de ríos azules a beber con voracidad, calmando el deseo prófugo que edificaste. Me entregare a lo oprobio sin importar la estirpe, alimentando viseras deslucidas por lo inerte, con estas carnes desérticas devorando la humeante ansia de gritar mis llantos. Saciare la sed que sucumbe eternamente en sombras profanas, déjame caer con violenta soledad por los mas altos vértices, ahógame en ciénaga viscosa preservando el recuerdo escrito en piel. Llevare tu júbilo conmigo entre mis manos, asfixiare quimeras. Tuve sueños. Ilusiones vanas. Me ves desintegrada pero no vacía solo es un reflejo de lo que quieres ver. Lo que de mi subsista nutriera a quienes eternice mi esencia.