Cold Shower
La
mano se extiende al frente, queriendo atinar la llave exacta que pueda aniquilar
este vacío asfixiante. Su estadio es inquebrantable. El vicio que oprime su
esencia consume su aliento lascivo. A solas, este sufrimiento impropio deja al
descubierto sus carnes humeantes, su avidez de quemarse. Tormento a punto de estallar
en pedazos hasta el paróximo. Sin revelar
la inmensa agonía que provoca su ausencia.
Caen fulminantemente en estampidas gotas
gélidas, en la elipse de su férvida piel
más sedienta, recorriendo furtivos acantilados, rebozados de sudor, acariciando los
vellos más bellos, sosegando su infinito deseo.
En
vertical, eréctil, sus dedos penetran, se mojan viscosos en su intenso delirio.
Intenta sucumbir en extremidades ajenas donde el dolor se convierte, se transforma.
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