Callao nos envuelve en su noche de luna.
Centellantes luces transitan tu calle, circundando inesperados besos sin tiempo.
Así recuerdo el ayer tan cercano.
Despedida, y reencuentro
El giro por Corriente apresó la marcha hasta tu centro fálico, Buenos Aires.
La distancia me demuestra que el destino fue la excusa inexorable de encuentro.
Callao nos rodea con caricias sugestivas,
embriagando en deseo,
ausencias lejanas.
Extasiado en silencio finitos...asi me siento, como una calle que gira para buscarsu propia esquina...
ResponderEliminarPasé, Ví letras, Lei, comente, desvarie y venci.
Me gusta, me gusta, mucho, este poema.
ResponderEliminarGracias Ricardo solo lanzo mi sentir desde mi humilde centro.
ResponderEliminarTrotamundos k buscas tu esquina en símbolos abiertos
ResponderEliminarTus entradas son cobijo
de mi eterno anhelo
Gracias Antonio.