Savia que cae. De tu boca. A distancia. Tibia, viva, blanca. Deslizante por los labios lubrico la desértica lengua. La mía. Acariciando. Esencia. Ojos sin parpados. Observan confiados nuestra danza.
Acaríciame los labios, lameré tus dedos hasta perderme, conviérteme en lo que soy, en lo que fui y quemaras mis miedos, conviérteme en viajera del tiempo y no tendré certezas.