Salgo del camino. Espero tu ausencia que se acerque . Migraste a selvas distantes, solitarias, nadie te hallara. amén.
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Mostrando entradas de septiembre, 2009
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A penas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Te...
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Me deje perder en verdes colores. Embriague mis entrañas de vos. Con un manto de sal cubriste mi piel en el día y en las noches, espacios vacíos disipaste envolviendo con besos angustiosas ausencias. Hambrienta devore tus dedos, descubrí sabores exquisitos, mis jugos deguste entre ellos. Mi esencia sorprendí diáfana, alejándola de huérfanas heridas silenciosas Locura, invades mi realidad constante, intentando recordarme quien soy realmente. Jugué a ser reina de una vida etérea, deje volar el ser que guarde hace algún tiempo. Por siempre recordare tus manos en las mías danzando inquietas, curiosas dibujando sueños infinitos en un viaje sin destino. a Lot.